La Casita de Itah

Busca en tu corazón, ahí está la solución

Nuestro Logo

La Casita de Itah es un nombre que transmite cercanía, calidez y acogida, reflejando el propósito esencial del centro: ser un hogar terapéutico, un espacio donde las personas puedan sentirse seguras, sostenidas y acompañadas en su proceso.

El término «casita» evoca intimidad y protección, haciendo que quienes acuden al gabinete no lo perciban como un entorno clínico impersonal, sino como un lugar de confianza donde pueden encontrarse consigo mismos y con los profesionales que los guían.

El nombre «Itah» no solo encaja fonéticamente con casita, sino que también es un tributo a una de las alma mater del proyecto. Representa la esencia y el compromiso del equipo.

Juntos, La Casita de Itah simboliza unión, humanidad y cercanía, reflejando el equilibrio entre técnica y afectividad que caracteriza el trabajo del gabinete.

El logo es una representación visual profundamente simbólica que une la identidad y el propósito del gabinete.

En el centro de la imagen está el Drago Milenario de Icod de los Vinos, un árbol emblemático que evoca fortaleza, historia y arraigo. En este contexto, representa a Itahisa, una de las componentes del gabinete, vinculándola con sus raíces y la esencia de su lugar de origen.

Por debajo, unas manos que sostienen el drago simbolizan el trabajo y la dedicación de Estíbaliz, terapeuta manual y psicomotricista relacional. Estas manos reflejan el acompañamiento, la contención y el apoyo, mostrando su papel fundamental en el equipo.

Juntos, el drago y las manos crean una imagen de equilibrio y unión, representando la colaboración entre ambas profesionales, la confianza mutua y el propósito compartido de sostener y acompañar a quienes reciben sus terapias.

Es un logo con gran significado, que transmite solidez, humanidad y conexión.

Tiene un fondo verde agua siendo el color preferido de ambas integrantes del gabinete, ello refleja una conexión personal y una identidad compartida.

El verde agua transmite tranquilidad, frescura y equilibrio, valores que pueden resonar con la esencia del trabajo terapéutico que realizamos. En este caso, también simboliza la unión del equipo, reforzando la idea de sostén, cuidado y acompañamiento.